Convento de São Francisco

Experiencia fantástica: Una gran capilla sagrada con mejor música.

Experiencia fantástica: Una capilla preciosa. Llena de azulejos y con un claustro precioso. Ahora ayuda a los ancianos con una silo donde los cuidan y velan para que puedan disfrutar de sus últimos días.

Experiencia fantástica: El Convento e Iglesia de São Francisco se localizan en la parroquia de São Sebastião, municipio de Guimarães, distrito de Braga, en Portugal. La historia de la Orden Franciscana en Guimarães se remonta a 1217, en pleno reinado de D. Afonso III, cuando llegó a la villa fray Guálter, un fraile menor enviado a Portugal para introducir esta orden mendicante en el país. Después de un primer período muy precario, los franciscanos de Guimarães se instalaron en 1271 en una alberguería situada junto a las murallas de la villa, en la cual construyeron un convento. En estos primeros tiempos los frailes entraron frecuentemente en conflicto con la Colegiada de Guimarães, que intentó impedir la instalación de la orden en la villa. El convento franciscano junto a las murallas duraría poco tiempo, pues en 1325 el edificio tuvo que ser demolido por orden de D. Dinis, por comprometer la seguridad del burgo en caso de cerco. Los frailes se mudaron a unas casas precarias hasta 1400, cuando D. João I ordenó la reedificación del convento, en el lugar donde aún se encuentra. La obra duró gran parte del siglo XV. El ábside de la iglesia, que aún es el original en estilo gótico, fue terminado hacia 1461. Ese año D. Constança de Noronha (1395-1480), 1ª duquesa de Bragança, ingresó en la Orden Tercera de São Francisco y, al morir, fue sepultada en la iglesia. La tumba con su perfil yacente aún puede ser vista en el interior. De finales del siglo XVI es el claustro de perfil clásico, una importante obra en estilo manierista. Sin embargo, la mayor modificación de la Era Moderna ocurrió en la década de 1740, cuando la nave de la iglesia fue totalmente alterada: los arcos y columnas de la nave fueron suprimidos, creando un espacio unificado del tipo iglesia-salón. En el área entre el transepto y la nave, los tres arcos originales también fueron reemplazados por un arco único monumental. Por esa época se realizó el nuevo retablo de la capilla mayor, de la autoría de Miguel Francisco da Silva y ejecutado por Manuel da Costa Andrade, además de varios otros retablos de talla dorada que decoran la iglesia. Los vestigios medievales del Convento de S. Francisco de Guimarães datan ya de la reconstrucción realizada a partir de 1400. Lo más notable de esta época es la cabecera de la iglesia, compuesta por un gran ábside central poligonal flanqueado por dos absidíolos bastante menores. El esquema general es, así, similar al del gótico mendicante común en Portugal. Las ventanales del ábside son grandes y subdivididos por columnas y molduras; la decoración de los capiteles y molduras de estos ventanales muestra influencia del Monasterio de la Batalla. En el interior, tanto la capilla mayor como los laterales de la cabecera están cubiertos por bóvedas de crucería de ojivas. Otros elementos góticos, aunque sin la calidad de la cabecera, son el portal principal de la iglesia y el portal de la sala del capítulo, situada en el claustro. El portal principal, por la casi ausencia de decoración y rudeza en la realización, parece más una obra del período románico. El interior de la iglesia es de nave única con capillas laterales. Ese espacio es el resultado de una gran reforma ocurrida entre 1746 y 1749 que suprimió las divisiones del cuerpo de la iglesia, originalmente de tres naves. Un gran arco triunfal separa la nave de la zona del transepto, coronado por la corona real y el símbolo de la orden franciscana. El techo de madera de la nave está decorado con pinturas ilusionistas (trompe d'oeil). Las paredes del transepto están cubiertas con azulejos blanco-azules de la primera mitad del siglo XVIII, de autoría incierta. La capilla mayor gótica está separada del transepto por un gran arco de talla dorada. La bóveda de ojivas de la capilla posee en los cierres el blasón de D. João I, el promotor de la obra en el siglo XV. Un gran retablo de talla dorada, de excelente factura, ocupa la capilla: fue encargada al entallador Manuel da Costa de Andrade en 1743, quien lo realizó de acuerdo con el diseño de Miguel Francisco da Silva. Está inspirado en el retablo de la capilla mayor de la Sé de Oporto y sirvió de modelo para otros de la región. Entre sus columnas salomónicas están las imágenes de varios santos franciscanos. A partir de 1591 se construyó el claustro, una importante obra en estilo manierista.

Experiencia fantástica: Capilla magnífica, ¡hay que verla!

Experiencia fantástica: Bonito por fuera

Experiencia fantástica: Una de las iglesias más bonitas que he tenido la oportunidad de visitar. ¡Vale la pena visitarla!

Experiencia fantástica: ¿Qué decir? Visiten...

Experiencia fantástica: ¡Fabuloso!