Iglesia de Nuestra Señora de Belén de las Ermitas

Experiencia fantástica: Lugar ideal para encontrarse con Dios. La hospedería, divinamente genial

Experiencia fantástica: Marco incomparable, tuvimos la suerte de tener un gran guía, Fray Ángel, del convento de San Cayetano, en la ciudad de Córdoba, muy buen recibidos por la comunidad de las ermitas. Paz y sosiego, con la certeza de la presencia del Padre

Experiencia fantástica: Vistas impresionantes, la entrada barata... creo que 1,5 € los adultos y los menores de 9 años no pagan.. además el que hay en la entrada muy simpático ... Si no tienen bigote no pagan me ha dicho .. merece la pena entrar por el mirador, las vistas y la iglesia que hay en el interior ademas de varios espacios interiores rollo museo de cómo estaban viviendo en esa épocas de hace un centenar de años más o menos ... Sinceramente nunca había entrado y creo que volveré a repetir y poder ver la estatua de frente no tiene precio ... Espectacular..

Experiencia fantástica: Una portadita neoclásica de rojo ladrillo invita a entrar en la recoleta iglesia. “Silencio”, insiste un rótulo. El tiempo parece detenido en el interior del templo, que traslada a otra época. Hasta el punto de imaginar el visitante que de un momento a otro los ermitaños van a tomar asiento en los bancos de madera adosados a los muros de la nave. Pura ilusión. Ya no hay más ermitaños que los de los retratos antiguos que pueblan el sotocoro, como el venerable Francisco de Santa Ana, el hermano Pedro de Cristo –cuyos restos reposan en el crucero– o el hermano Telesforo de Jesús María, que “resplandeció en todo género de virtudes” y murió en 1912 con “cerca de los 90 años de edad y 65 de vida eremítica en este desierto”. Desde el retablo neobarroco, que reemplaza al destruido por un incendio en 1836, una imagen sedente de la Virgen de Belén preside las celebraciones. Tras la cabecera del templo pervive la antigua sala capitular, presidida desde su camarín por la Virgen de las Victorias.