Calvario de Alloza

Experiencia fantástica: Tarde en el Calvario de Alloza

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Experiencia fantástica: Sorprendentemente interesante. Cipreses monumentales. Todo bien cuidado y con una muy interesante historia detrás de cada detalle. Uno de esos detalles es una escultura de la virgen del Pilar, en la que el niño Jesús sostiene un teléfono móvil. Para apreciarlo todos los curiosos aspectos, es imprescindible contar con un buen guía. Recomiendo contactar con el servicio de turismo de la comarca de Andorra Sierra de Arcos. Su guía Inma, hizo una labor difícilmente mejorable. Totalmente recomendable.

Experiencia fantástica: Un buen sitio para pasear! Cuenta con bastantes fuentes.

Experiencia positiva: Un lugar interesante e insólito. Las estaciones del Vía Crucis son capillas, cada una de las cuales es cuidada por una familia del pueblo de Alloza. Cada uno de los cipreses está cuidado por una pareja de novios del pueblo. Es apropiado para realizar un paseo tranquilo por la naturaleza. Desde lo más alto se puede disfrutar de unas magníficas vistas.

Experiencia fantástica: Los cipreses son aquí como legendarios gigantes vegetales que observan el paso del tiempo amparados en una larga vida de siglos. Los pájaros palortean entre sus ramas mientras un ligero vientecillo del noroeste susurra canciones de tarde entre reflejos de sol. La ermita, arriba, se vislumbra como un castillo rojizo envuelto en el halo de una Historia llena de misticismo cristiano.

Experiencia fantástica: Muy bonito. En su época fue uno de los más bonitos de la zona y sigue siéndolo. Esta bien cuidado. Es un sitio muy rejalante con unas bonitas vistas al pueblo. Merece la pena.

Experiencia fantástica: Un lugar emblemático dónde capillas del S.XVIII se mezclan con cipreses centenarios y rincones con fuentes que invitan a disfrutar del momento.

Experiencia fantástica: Precioso! Unos cipreses centenarios impresionantes! El pueblo colabora en su mantenimiento. Es un bonito paseo.

Experiencia fantástica: TURISMO ANDORRA SIERRA DE ARCOS Tfno: 978 88 09 27 La ermita del Santo Sepulcro data de principios del siglo XVIII. En el interior cabe destacar la decoración de azulejos en suelo y zócalo realizada en 1788, un baldaquino de columnas salomónicas realizado en 1735, así como 12 pinturas sobre cobre con escenas de la vida de Cristo, obra de Guillermo Forchondt el Joven. Toda la superficie está decorada al fresco con motivos vegetales y cabezas de angelotes. Destaca el imponente conjunto de cipreses centenarios que jalonan el camino hasta la ermita del Santo Sepulcro. Forman un singular bosque de más de 200 ejemplares, estimándose la edad de algunos en más de 500 años. Sobresale el llamado ciprés madre por sus considerables dimensiones y numerosas ramificaciones. Es uno de los cipreses más longevos. Su imponente porte sobrepasa los 15m de altura y casi los 10m de diámetro de copa. El camino hasta la ermita transcurre entre monumentales cipreses centenarios que flanquean las estaciones del Vía Crucis. Para cada Estación del Vía Crucis hay levantada una capilla. Cada Estación es cuidada por una familia, de ahí las diferencias entre ellas. Por ejemplo, la estación IV presenta pórticos. En el interior de todas hay un pequeño altar sobre el que reposa un relieve en escayola que representa cada una de las estaciones de la Pasión.