Monumento a Miguel Hernández

Experiencia fantástica: Recomiendo

Experiencia positiva: No está mal. Un poco soso y feo. La iniciativa es bonita, pero a Miguel Hernández casi ni se ve.

Experiencia fantástica: Siempre en nuestra memoria.

Experiencia fantástica: Bonito lugar. Agradable. Ideal para bailar y pasar un día con familia y amigos...

Experiencia fantástica: “Esta ciudad no se aplaca con fuego, este laurel con rencor no se tala, este rosal sin ventura, este espliego... Júbilo o exhala...” Miguel Hernández.

Experiencia positiva: Poco cuidado y sin duda no refleja el espíritu y la imagen de hernández

Experiencia fantástica: Zona estupenda para practicar deporte rodeado de naturaleza y poco tráfico

Experiencia fantástica: Me encanta estar en esté sitio, Fue un gran Idealista

Experiencia fantástica: Conocí este monumento hace poco, lo usamos para una sesión de fotos y quedaron muy bien. La pena es que esté tan escondido, Miguel Hernández merece más visibilidad!

Experiencia negativa: Horrible. Típica horterada de la Transición.

Experiencia fantástica: Monumento espectacular a el poeta español Miguel Hernandez, en el parque del oeste en Madrid. Te sentirás en plena naturaleza..

Experiencia fantástica: Impresionante. Una pena que lo mataran, demasiado joven

Experiencia fantástica: Los monumento se levantan como recordatorio, de aquellas personas que han pasado y han dejado huella. Es para invitar a otros a realizar cosas valiosas y buenas en la vida

Experiencia negativa: Para nada hace referencia a este gran poeta. Miguel Hernández se merecia algo mucho mas especial, muy moderno y poco cuidado.

Experiencia positiva: Uno de los monumentos más grandes y geniales que se encuentran en el parque del oeste, con un estructura llamativa y un mensaje claro, la literatura es % una parte de las historia y de nosotros mismos y es necesario recordar a grandes personajes históricos que la han potenciado.

Experiencia negativa: No hace justicia al gran Miguel Hernández.

Experiencia fantástica: Muy interesante. Diseñado por un arquitecto, rinde homenaje al gran poeta. Bancos para meditar.

Experiencia positiva: Es bonito, significativo y se encuentra bien colocado en un parque grande y bonito, pero está demasiado descuidado.

Experiencia positiva: Es un monumento conmemorativo situado en el paseo central del Parque del Oeste. Aunque está un poco descuidado, es muy evocador de este poeta, y está en un lugar bien escogido, ya que a pocos metros están los bunquers, vestigio de nuestra guerra civil.

Experiencia positiva: Monumento en homenaje al poeta alicantino Miguel Hernández obra del arquitecto Enrique Dominguez Uceta. Destaca un medallón en bronce, realizado por el escultor Miguel Ángel López Calleja, con la cara del poeta que es una reproducción del retrato que le hizo Antonio Buero Vallejo en 1940, cuando estuvieron encarcelados juntos. "MADRID... esta ciudad no se aplaca con fuego, este laurel con rencor no se tala. Este rosal sin ventura, este espliego... júbilo exhala" Miguel Hernández Miguel Hernández escribió un precioso poema dedicado a Federico García Lorca, tras la muerte del poeta granadino, con el que había tenido una lucha de egos: "Qué sencilla es la muerte qué sencilla pero qué injustamente arrebatada. No sabe andar despacio y acuchilla cuando menos se espera su turbia cuchillada" Miguel Hernández

Experiencia positiva: Un poco descuidado para la relevancia de autor

Experiencia negativa: Miguel Hernandez es un grandísimo poeta y bien merece este monumento. El mantenimiento lamentablemente descuidado.

Experiencia positiva: Monumento al poeta Miguel Hernández, diseñado por el arquitecto Enrique Domíguez Uceta, consiste en una especie de plaza triangular dandole su silueta por columnas de piedra Caliza y arenisca rosa en cuyo vértice se enclava una placa de bronce realizada por el escultor Miguel Ángel López Calleja, según el dibujo que hizo Buero Vallejo del rostro de su buen amigo cuando ambos encontraron en prisión. En la base emerge del suelo una punta piramidal como símbolo de resistencia. La ejecución de la escultura y del monumento tuvo un coste de 10 millones de pesetas, de los cuales ocho fueron invertidos por el Ayuntamiento y dos por la Comunidad de Madrid. El monumento se inaugura en marzo de 1985.