La Torre

Experiencia fantástica: La Torre era la antigua casa de un terrateniente, lo que se conocía como señorito, el cual tenía la propiedad de la finca de la torre que abarcaba toda la parte del término que se conoce como «Montaner», junto a la huerta. El propietario de este chalet novecentista de estilo clásico era Antonio Cantó, natural de Alcoy, el cual tenía muchísimas propiedades en Castelló de Rugat y en La Pobla. Villa Carmen fue un regalo de Cantó a su hija Carmen por su 18 aniversario, de ahí el nombre de Villa Carmen. La construcción llegó a manos de Cantó tras ganar una partida de cartas con acta notarial al antiguo dueño, construyendo Cantó, una vez adquirida la propiedad, la torre delante de la casa de los caseros (cuenta Reme Sanz Terol en “Castelló de Rugat, memòria d’un poble” que su madre, muchas veces, le había contado que a la hora de construir la torre pusieron bajo de la primera piedra una caja metálica con dinero de la época (sin ningún valor en la actualidad). El mas era la casa de los caseros, mientras que la torre era la casa señorial. Muchos años después, en los años 70 del pasado siglo XX, los hijos de Cantó tuvieron que vender las propiedades por el aumento de los salarios, y es cuando las tierras pasaron a manos de los agricultores de la zona. En cuanto al edificio de la torre, después de la propiedad de la familia Cantó pasó a un propietario francés, nacido en Argelia, que fue quien realizó algunas reformas que aún se pueden observar con ladrillo, ya que el edificio está hecho de piedra. De este propietario, por desgracia, ya no se ha sabido nada, y posiblemente ya haya muerto. Este edificio, que fue construido en el siglo XIX, contaba con una casa y con la emblemática torre morisca -como símbolo del poder de la familia- que aún mantiene en pie su estructura, aunque el interior, por desgracia, ya está todo en ruinas. En la puerta principal de esta construcción había una bonita escalera balaustrada neobarroca que ya ha desaparecido, observando que, además, sus ventanas tienen forma de arco. La escalera ha sido escenario de muchísimas fotos donde se han diferenciado las clases, desde los propietarios y señoritos hasta los pobres trabajadores, como se puede observar en la primera foto de la siguiente publicación de “Castelló de Rugat, memòria d’un poble”.

Experiencia positiva: Un sitio bonito. Pinar impresionante, lástima que esté todo tan dejado. Sería un sitio idílico, si estuviera bien cuidado.

Experiencia negativa: ¿tantos años ahí viendo la vida pasar y a nadie le importa? una vergüenza a la vista de todo el que pasa

Experiencia fantástica: Bonita pinada pero no la conservan, hay muchos pinos caídos y la torre como se llama en ruinas total. Que pena, me gustaría saber la historia de esa torre.

Experiencia negativa: Esta en ruinas, es peligroso

Experiencia fantástica: Un pinar precioso. Lastima que este en ruinas y mucha mas lastima la gente que tira la basura por alli. Lo facil que es llevarse una bolsita y recojer.

Experiencia positiva: Un sitio genial. Lastima de su mala conservación y estado.

Experiencia negativa: No és un museu. És una casa en ruïnes.

Experiencia negativa: Un edificio en ruinas ahunque tiene su historia ,tiene una buena pinada acceso por un camino rural